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All is Wild. All is Silent
El viento es materia insondable de refugio.
Me gusta ver los rastros del fuego cuando acaba
el incendio del trigal, la transición del daño y la benévola
euforia del recuerdo poseen la voluntad feroz y la caída.
Declaro que persigo intermitencias salvajes de la vida,
desde ahí bebes
la paciencia del ámbar, la elegía
que fuimos en el césped de largas remembranzas,
pero también presiento
la impaciencia del ámbar,
la pertinente cuota de agresión. No rechazaste nunca
los intervalos de vida en la estridencia
pero había piratas en la alcoba y tú callaste
hasta que vino el viento a limpiar todo, a envenenarnos
con aves transparentes que insuflaban
la incertidumbre abierta en las magnolias
y la dureza ambigua del carpelo
en cacería ansiosa de coleópteros.
Tú ya no estás aquí, pero si callas
titularé tu historia almuerzo de los pájaros.
¿Quién ocultó la paz en el almendro
junto a la cara abierta por la lágrima?
fuimos vehemencia de ámbar en silencio—