Paul-Marie Lapointe

Paul-Marie Lapointe. Lac-Saint-Jean, Québec, 1929 – Montreal 2011.

Paul-Marie Lapointe ocupó un espacio epicéntrico en la poesía quebequense de la época tanto como en la vida política de una sociedad necesitada de redefiniciones y levantamientos simbólicos: construir la memoria literaria a partir del territorio y del lenguaje fue quizás una de sus funciones. Profundamente vinculado a la que se convertiría en la editorial nuclear de la poesía quebequense (L’Hexagone), Paul-Marie Lapointe supo hacer emerger con fuerza una escritura arraigada al suelo y a los árboles.

Miembro fundador de la revista Liberté en 1959, entre las distinciones a su obra están el  Prix Gilles-Corbeil 1999,  el Prix Léopold Sedar Senghor, el Prix littéraire de La Presse o el Prix de l’International Poetry Forum. Es además Doctor Honoris Causa por la Universidad de Montréal (2001). Lapointe pone la luz contra las cuerdas. En un incesante esfuerzo por encontrar respuestas en el paisaje, desteje la nieve, el cielo y la montaña para encontrarse adentro, palpitando.

Epitafio para un joven rebelde

Matt Shlian
EPITAFIO PARA UN JOVEN REBELDE
no morirás un ave llevará tus cenizas
en el ala de una piel más serena y más cálida que
            el verano
tan rubia tan demente como la invención de la luz
entre los mundos viajan ternuras y corazones
de las histerias mimosas como la fusión de los cuerpos
más lancinantes en ellos
como el ascenso y el descenso de los astros
como la aparición de una virgen en el cerebro de los
            milagros
no morirás un ave nidifica
tu corazón
más intenso que la quemadura de un verano en algún sitio
más caliente que una ciénaga recorrida por el oráculo
más grave que la piel-roja y la incandescencia
(las almas resplandecen
especialmente al anochecer
entre perro y lobo
en la palidez de las linternas
en atizamiento de los faros
en el deslumbramiento de una sombra en el mediodía del sueño)
no morirás


en algún sitio una ciudad congelada llamará a sus taxis
una pacífica infantería para madurar las cosechas
y la sangre circulará
al igual que los coches
en el cemento y la hierba
no morirás es eterno tu amor
(224-225)
Paul-Marie Lapointe, extracto de «Pour les âmes» (1965), Le reel absolu.
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

Frágil día de mica

Matt Shlian




FRÁGIL DÍA DE MICA
frágil día de mica donde se pudren los charcos
anémonas de un invierno            dios apetecible
            padre las virutas te habitan
            un río de peces duros
            de golondrinas cruz clavadas en el corazón
                        de las ciudades
            las hojas ya no están
pero con el bosque que ordenas
pero con la ciudades alumbradas
            ¿a dónde vamos?
se pulveriza el metal en la luz
            mantillo voraz para anular los cuerpos
            y la memoria misma
polvo de madera del fuego tu ceguera vigila
carpintero que morirás
los compañeros trenzan cordones
            oh navío que cuelga alto y corto
amores arrullados si la noche no los arranca y los arroja
estrepitosos al sol
antepasados y vivientes
fútiles esposos de los golfos y de los cabos donde las madres
            dan a luz al tiempo y lo pierden
(221)


Matt Shlian

para los niños enjaulados por la esperanza
            las arterias de la maldición suplicaban a la
                        noche negra que los anudaran que los torcieran que
                        los rebanaran
para los niños dedicados a la rabia
            los cofres acumulan las paciencias bestias en
                        la garganta degollada resignaciones pueblos
                        de rodillas
para los niños traídos por sus madres
            los altares graznan inmóviles con
                        amenazas sepulcrales                        madres selvas y
                        los pensamientos tanto tiempo entretenidos por
                        manos piadosas entre las piedras
para los niños llegados por sí mismos
            pies y puños atados            los capitales las leyes
            bocas cocidas cuchillas condescendientes
            serviciales
su soplo expulsado            cotidiana tentativa por domesticar
            la muerte
como inhalar la tierra
                        (el buzo acaricia así —provoca—
                        la tentación de ser poseído por el agua
definitiva o de atravesar
interminablemente el espacio, desmembrado,
mudo, hasta no ser más)
(222)

Matt Shlian


pero los miembros para gritar
para vencer el acero
pero los miembros para amar
¿a dónde vamos? setos de cedro casas calientes
pieles de amantes que estremecéis al viento de los astros
            entre las tierras poseídas
los amos os admiran
            como una porcelana
su capricho os anula
las voces se acollan
las plantas se sofocan día a día más opacas
y banales
pronto el silencio no será más que el grito del primero de
            todos los muertos

(223)

Paul-Marie Lapointe, extracto de «Pour les âmes» (1965), Le reel absolu.
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

Árboles [2/2]

Matt Shlian
pinos blancos            pinos rojos            monocromos y gra-
            cioso             pinos grandísimos                        pinos de Babel
            peluqueros de las estaciones            pilote de las ciudades fantásticas
locomotoras agrietadas            tejados de las minas
pino                        velas de las infancias
coníferas de abundancia
            verdes de los matinales                        buzos del viento            co-
            níferas   don               quijotes sin más memoria que la
            montaña            rectos clarines fulminando el cielo
            coníferas            llamas petrificadas            verdes ardientes
            gelatinas de fuego            coníferas
espinas de pescado verticales devoradas por el pájaro
escribo árbol
árbol por el árbol
abedul            cerezo amarillo y ondulado            cerezo flexi-
            ble            caoba azucarada            abedul                        cerizo olo-
            roso            rojo abedul                        ramo de culebra
            hoja-engranaje vaciado              abedul ladrón en
            hojas de álamo                        pasa los brazos en las jaulas
            del tiempo            capturando al pájaro capturando al viento
abedul en corteza tajada el agua de los ríos
abedul de las fuentes            fuente de invierno            chorro fijo
            abedul de los parquets            chimenea de la noche                        borde
            de las torres y de los bailes
albatros gandul
albura entre perro y lobo
albura del alba en los faros
(172)

Paul-Marie Lapointe, extracto de «Arbres» en ‘Choix de poèmes’ (1960), Le reel absolu.
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

Árboles [1/2]

Matt Shlian




escribo árbol
árbol con órbita de cono y savia en luz
raíces de la lluvia y del buen tiempo            tierra animada
pinos blancos            pinos plateados            pinos rojos y grises
pinos puros de madera pesada            pinos en hojas retorcidas
calabazas y resalvos
pinos resinosos            enclenques y de las rocas                        pinos del lord
            pinos de suaves poros            pinos enrollados en su nieve
            atraviesan los años            mástiles orgullosos velas extendidas
            sin remordimientos ni lágrimas                        tripulaciones armadas
pinos de los armarios apacibles y de las casas pobres
madera de mesa y cama
madera de remos de durmientes y de vigas            llevando el
            pan de los hombres en tus cuadradas palmas
cenizas del este            tuyas y escobas            cedros blancos
            brazos pulidos            cipreses amarillos            agujas costureras
            llevadas            enebros cedros rojos             cedros
            tabiques perfumadoras                        cofres de prometidas reves-
            tidas de calores
enebros que contienen el plomo de los alfabetos
espinetas grises            negras            blancas                        espinetas de
            sabana
clavadas
espineta brebaje de verano            piano recto            tambor fo-
            goso
(171)

Paul-Marie Lapointe, extracto de «Arbres» en ‘Choix de poèmes’ (1960), Le reel absolu.
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

Alas

Matt Shlian
ALAS I
no se toca a este pájaro redondo
este ombligo
sin que eleve alrededor de él
la jaula rosa de sus dedos
(189)
Matt Shlian



ALAS II
en las axilas
de los nidos colgantes
de donde vienen
por la noche
a dormir las alas
calientes
(190)

Matt Shlian


TRAVESÍA DE LAS HOJAS
un bosque más frondoso en el borde de mi boca
que tu cuerpo no atraviesa
y yo cazo
en medio del otoño ahí en que las codornices
más húmedas que el rocío luchan con el ala
y zozobran
(191)

Paul-Marie Lapointe, de «Solstice d’été» en Le réel absolu (1960)
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

Solsticio de verano

Arto Pazat
SOLSTICIO DE VERANO

senos                        os amo
senos de la playa apacible
senos suaves senos de trigo
bocas graves de mi sed
senos tórridos
            al inicio de la noche trazamos los veleros
                        a mano
            ¿a dónde iremos? las vacaciones
            el mar en el agujero de los riñones contendrá sus cuchillas
                        te amo
            los besos conchas irrigan el sol
senos                        os amo
mes de mayo                        mes de verano            mes de calor
tierras acariciantes de mis palmas
tus senos separan las estaciones
se entierran en la isla
legándola a quien ya la posee
y la cultiva
sacando el trigo
como sonríen los ojos sus tesoros
gracias a la hierba
tus senos saborean su naufragio
(184)


Arto Pazat

se maravillan silenciosos
por ser madre de los muslos y del vientre de la nuca y de las
            caderas
por estar en el corazón del delirio
tus senos multiplican sus amigos
                                                                        mis manos
            mis ojos
inventan infinitas razones novedosas para ser sus
            caricias
tus senos están al acecho
recolectan la abeja
tus senos murmuran a mi oreja:
            «estamos desnudos estamos desnudos
                        para vestir los días
            «somos lunas
«lo que prefieres se parece a él mismo
«y cambia
«según lo acaricies o abandones»
en ese justo instante
entre la lluvia y el buen tiempo
tus senos se envuelven
en el abrigo de mis manos
explican el árbol            el follaje de mis palmas
en busca de canto            de frutas y calor
(185)

Paul-Marie Lapointe, de «Solstice d’été» en Le réel absolu (1960)
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

Injertos en el árbol azucarado

Arto Pazat
INJERTOS EN EL ÁRBOL AZUCARADO
 
¿Vivimos de modo distinto al de la noche
en tus caricias malvas
en la fruta melón rosa
de tus labios y tu sexo?
¿agitado por el calor de tu sangre?
¿vivimos en un tiempo distinto al del amor
con las manos metidas en los guantes de tu piel
y esta abolida cólera del grito?
¿vivimos en un tiempo distinto a ti?
los cuerpos cruzados
por el delirio y la sabiduría
injertos en el árbol azucarado
de nuestros huesos?
¿vivimos de modo distinto que en la raíz del árbol nuestra vida?
¿en dónde hojas            flores y frutas
captan al pájaro?
este árbol a la medida del universo
(183)
 
Paul-Marie Lapointe, de «Solstice d’été» en Le réel absolu (1960)
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

Mensaje de tu cuerpo

Melania Brescia



MENSAJE DE TU CUERPO
cuerpo tierno y rubio
cuerpo de terciopelo
cuerpo luminoso cuerpo humedecido
hierba bajo el viento de las islas
cuerpo caluroso relámpago alargado
plumaje de mi sangre
cuerpo párpados extendidas las manos aferradas al hombro
grito tórrido de los horizontales cobres
llamo resurrección a los pinos y los tejos
ternura palpitante de los oseznos
la tundra vuelca los soles
llamo a un río donde el costado rosa de tu nuca sigue
            la estela profunda de una trucha lunar
una perdiz abraza el otoño
fuego gris fuego azulado espuma llameante
llamo a una ciudad arco eléctrico
un río
            entre las balizas de enero elevándose de la
            muerte
las procesiones de árboles reveladores
un agua de caderas y de senos
una tormenta encofrada por las bocas

una boca donde el cuidado de la sed agita tus huesos
            de avellana
en mayo tu voz ronca a causa de la noche
el mensaje de tu cuerpo            la creación del mundo
(181-182)
Paul-Marie Lapointe, de «Solstice d’été» en Le réel absolu (1960)
Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

Pajas cortas

Melania Brescia
 

PAJAS CORTAS

1

en mi piel se derrumban la tierra frágil

sus plantas

nacen de ellas y del fuego sus minerales

la geología entera

2

la flor solo penetra en la chica asediada por la muerte

y ahí se construye una fragilidad

ella teme que una ciudad perezca

calcinada

sus hombres sus casas

los jardines en la piedra

estación perniciosa amenazada de muerte

3

año fasto

ponderas el peso de un beso

el estallido de un astro con un grito

4

emboscada divinidad

entre las piedras oculta

que cae del árbol como manzana

o surge oh géiser y de pronto

en un siglo cualquiera

antes o después

te agarra por la garganta

misterio de la tierra

(5

 

la respiración de un amor

llena el espacio de la noche

como un mar minúsculo haría

en su arena

sus islas más o menos grandes

según la angustia o el abandono

6

sobrevuélame asteroide

la boca que amo te saluda con una sonrisa donde el helecho

lo disputa con la intransigencia de ser amado toda la vida

como un ramo y más tiernamente aún como

ser invadida por el mar y las lágrimas

7

el cristal del mar

(porque lo sobrevuelo):

transparencia en que se agitan calores

y la fluidez manual del viento

llega del otro extremo del mundo

sin preservar de los continentes y de las islas más que luz

y el pueblo húmedo de los amores

8

como la lluvia

o la pasión

me atraviesa una música en lágrimas

colérica amorosa

herida por la jungla abrumada por las cadenas

obrera de látigo

más dúctil que el arranque de una amante en el transcurso

del amor

y como ella se perfora

haciendo sucumbir la tierra entera

vociferando

9

en la arcilla la amante antigua y blanca

en la cal el espacio tierno de sus huesos

en el plumaje de un ave

un planeta de escalofríos

10

angustia oh negra

pabellón de los gritos el arcángel se inclina bajo el peso

de las lluvias

que noche atravesada por las espadas del miedo

angustia como un corazón

la cadera late trayectoria de una tierra sofocada

dormiré en el miedo de las aleaciones

bajo la amenaza de las velocidades

encofradas

11

nacimiento del verde

ella cubre a los transeúntes con atención temblorosa

en sus ramas se encienden las ardientes pasiones

de familias enteras de soles

el sabor de la corteza ya no es suficiente

para contener mi sangre

ni mi fervor

rígida ternura del verano

12

lluvia  de hombrecillos

te saludo

como la llegada de una quinta

estación

(237)

13

los pollitos picotean

no apoyamos este ritmo

esta inmanencia del terror

el concreto se encarga de inmolar a los dioses

las revueltas los atentados

las medusas se extienden en el sol

14

un cuerpo grande alimenta la ciudad de pájaros

largas sesiones estilizadas con palmas

donde se preparan los perezosos

una fiera fuerte y no muy voraz

que solo pide ser devorada

cada primavera tal como el calor se desmorona

y por dentro el hombre

las músicas nos asaltan

así los satisfacemos

tibios caníbales      deseados intestinos

saboreamos en el terciopelo de los santuarios

válidos mortales

con muslos tiernos

tigresas

sollozos

15

la cerceta da un grito de sol

una red donde se agarra el verano

un aviario para el mar

¿dónde van a broncear las chicas

sus piernas saladas?

16

construyo sabidurías para mis hijos

arquitecturas carnívoras

las familias de sus pensamientos estarán allí a salvo

criando ángeles animales

en el estallido de los paralelos

en el acoplamiento de las vigas y la luz

domesticándolos

el agua de las lágrimas se lleva a las distancias interiores

pueblos antiguos

los antepasados más respetables

y la divinidad que desde el fondo de los tiempos no ha cesado

de saltar

entre las piedras

17

en el abrazo de la mujer de luz

la avutarda entristecida se va volando

pero sólo tras haber encantado los lagos

desaparece en los paralelos más calientes

así es el pavor de las nieves

18

como la piedra la vena de vidrio

y la chica sus arterias

la agonía pule su tierra

(243)

Paul-Marie Lapointe, en Pour les âmes (1965)
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

¿Qué amor?

En Raw & Rendered

¿Qué amor?
nada
ni río ni música ni bestia
nada me consolará nunca de la miseria
de la sangre regada por los hombres
de la tristeza de los niños
de la fragilidad de las madres
ni flor ni muerte ni sol
alrededor de nosotros la ciudad
sucumbe a la atracción de la muerte
una muerte de vil papel arrodillado
una muerte en el alma
qué árbol qué flor
qué amor ¡oh! ¿qué amor
nos curará este mal?
qué niño, el que será mañana,
¿qué esperanza, audaz con las soledades,
nos enseñará cómo vivir
y que todo cambie?
para que el pájaro sacuda en los corazones
la música de las ciudades
para que el hombre nazca de la bestia
la bestia de la montaña
para que surja de la muerte el sol



hombres os lo adelanto
se permitirán las flores
los árboles, incontables palmas abiertas a la caricia
los pájaros anidarán en los ojos de las chicas
las canciones
y todo habrá cambiado
como esperábamos
                                    en la soledad de nuestros amores
(200-201)

Paul-Marie Lapointeen ‘Choix de poèmes’ (1960), Le reel absolu.
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.