Las flores cuando ya no lo son
gravita su frescura
desde otras montañas de aire
y su voluntad de respirar se afina
entre los dedos que tardan en cerrarse
sobre una herramienta imponderable
Allá desaparece él
surco veloz, al alba, antes de su herida
para que ellas se unan a otros lazos,
flores, hasta la obscuridad
él, venido del frío y girando hacia el frío
como todas las rutas que surgen.
Jacques Dupin en Le corps clairvoyant
Traducción de Víctor Bermúdez
Original aquí