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Matt Shlian |
EPITAFIO PARA UN JOVEN REBELDE
no morirás un ave llevará tus cenizas
en el ala de una piel más serena y más cálida que
el verano
tan rubia tan demente como la invención de la luz
entre los mundos viajan ternuras y corazones
de las histerias mimosas como la fusión de los cuerpos
más lancinantes en ellos
como el ascenso y el descenso de los astros
como la aparición de una virgen en el cerebro de los
milagros
no morirás un ave nidifica
tu corazón
más intenso que la quemadura de un verano en algún sitio
más caliente que una ciénaga recorrida por el oráculo
más grave que la piel-roja y la incandescencia
(las almas resplandecen
especialmente al anochecer
entre perro y lobo
en la palidez de las linternas
en atizamiento de los faros
en el deslumbramiento de una sombra en el mediodía del sueño)
no morirás
en algún sitio una ciudad congelada llamará a sus taxis
una pacífica infantería para madurar las cosechas
y la sangre circulará
al igual que los coches
en el cemento y la hierba
no morirás es eterno tu amor
(224-225)
Paul-Marie Lapointe, extracto de «Pour les âmes» (1965), Le reel absolu.
Traducción de Víctor Bermúdez.