Jacques Dupin

Jacques Dupin. Privas, 1927 – París, 2007.

Poeta, ensayista, crítico de arte y galerista, Jacques Dupin fue miembro fundador de la revista L’Éphémère, junto a Yves Bonnefoy y André du Bouchet, y aunque en vida sólo recibió el Gran Premio Nacional de poesía (1988) su obra y figura han conocido múltiples reconocimientos tras su muerte. Lo mismo en el ensayo que en el verso, Jacques Dupin produce electroshock en la palabra. La poesía de Dupin es el cuerpo palpando las explosiones del espacio. Su escritura se agarra al asfalto y toma la forma de las estridencias que se perciben despacio.

Jacques Dupin foto

Le corps clairvoyant (Gallimard, 2013) reúne parte de su obra poética. En El cuerpo clarividente, Dupin tensa las mutaciones del paisaje de las que germina una forma del caos. Su universo sonoro está lleno de resonancias y estridencias que configuran un espacio a la vez caótico y coherente en el que ruido está la base de esa armonía compleja. Jacques Dupin teje mundos que se perciben en el vértigo, bajo una luz enmarañada.

MIRO-DUPIN
B02 BARCELONA, 16/06/09.- El poeta, escritor de arte, biógrafo de Joan Miró y autor de los catálogos razonados de sus pinturas y grabados, Jacques Dupin, posa ante una de las obras del artista en la Fundación Miró Barcelona. EFE/Julián Martín

Gilles Cyr

Gilles CyrGaspesia, Quebec, 1940.

87573-gilles2bcyr2bjovenEntre sábanas de nieve Gilles Cyr construye una escritura contenida, elegante en su trazo sintáctico y secreta. En la página el trazo asemeja figuras orientales (no en vano ha ejercido de traductor de poetas coreanos). Voz discreta, reservada, de orígenes modestos, la escritura cyreana revitaliza un paisaje concreto pero compartimentado desde el cuerpo, sugerido apenas en bosquejos perceptivos que los sentidos articulan. Lo luminoso, aquí, compone una textura de la que todo surge. Emerge entonces la refracción.

Entre los reconocimientos a su obra se encuentran el prix du Gouverneur général du Canada (1992) y el prix Arthur-Buies (2010). También traduce insaciablemente, desde algún café del plateau Mont-royal, a poetas armenos y coreanos.
| Sol inapparent (1978) | Diminution d’une pièce (1983) | Fruits et frontières (2006) | Huit sorties (2012)

Fernand Ouellette

 

Fernand Ouellette. Montreal, 1930.

Este autor central de la poesía quebequense ha bañado sus versos de un voltaje místico y filosófico que lo colocan en la tradición de una poesía que lo mismo es roca que nieve. Un recopilador del pensamiento de su tiempo y de su sociedad, sediento de volumen. Imprevisible, ingobernable, esta escritura enérgica dejará ver múltiples territorios y facetas desde obras como Ces anges de sang (1955) hasta L’absent (2010). Aquí recogemos apenas algunos de los lúmenes que su obscuridad desprende, ya que a nadie se le escapa que las páginas de Fernand Ouellette son ante todo velas de luz sudando sombra.
Le Soleil sous la mort (1965) | Dans le sombre (1967) | Ici, ailleurs, la lumière (1977)

Bernard Noël

Bernard NoëlSainte-Geneviève-sur-Argence, 1930 – Laon, 2021.

Bernard Noël (1930) sostuvo una de las voces de la poesía francesa contemporánea más destacadas y extensamente traducidas. El premio Guillaume-Apollinaire, el Grand Prix nacional de la poésie y el Prix internacional de poésie Gabriele d’Annuzio son sólo algunos de los reconocimientos a su escritura. Su obra ha comenzado a reunirse en los volúmenes Les Plumes d’Éros (2010), L’Outrage aux mots (2011) y La Place de l’autre (2013).

La escritura de Bernard Noël es la de las improntas del cuerpo en la palabra. El cuerpo, su memoria de sí mismo y del otro, donde el primero se encuentra y se extravía. En la escritura de Noël los sentidos del cuerpo no tienen su límite en la realidad, no acaban en el mundo sino que se extienden hacia el otro. El otro que percibe es también un sujeto que transforma el sentido y la consciencia del primer observador. La reflexión poética de la extensísima obra de Bernard Noël examina el cuerpo en su contacto con el mundo y con el otro. Y el cuerpo que se mira a sí mismo. La escritura de Bernard Noël no es lacónica sino expansiva, en ella las metáforas tejen espirales plásticas que indagan intermitente a través de la variación. El reconocimiento se produce en modificaciones del sentido que encadenan alteraciones del suceso y a la vez cifran una nítida coherencia discursiva.

En la poesía de Noël el verso dialoga con los límites de la página, con la prosa, con el ensayo; incluso en el terreno de la entrevista ese diálogo es capaz de adquirir un orden estético. Teórico del arte, de la imagen y de la poesía, Bernard Noël es además un pensador de los sistemas civilizatorios, del sujeto político, de las estructuras que organizan la existencia social y de los modelos de representación artística en perspectiva histórica. Photo de Steve SEILER 2008

A menudo su obra constituye un adentramiento en el fenómeno de la aparición; porque ha logrado inscribir el cuerpo en la reflexión, la poesía y el pensamiento de Noël son eminentemente humanos; ahí ocurre el milagro de la visiónde la emoción, del recuerdo y de la palabra.

Filming the French author Bernard Noël for a film project with Irene Lichtenstein. (1984)

André du Bouchet

 

André du BoucheParís, 1924 – Truinas, 2001. 

Decir que fue traductor de Hölderlin, Mandelstam, Faulkner, Joyce, Paul Celan y Shakespare se antoja suficiente. Encontramos al poeta a caballo entre mundos culturales diversos que reconcilia en su obra, marcada por la depuración. En la palabra paciente de André du Bouchet se respira la cortesía de la atención que denota humildad frente al verso. El signo de la silueta apenas sugerida. La percepción meditada.
La materia aparece entrecortada, descontracturada, en esta escritura que crece desde los bordes de la página. Surge una naturaleza dislocada, que aparece de un modo periférico. A du Bouche le gusta desconcertar pero en la hermenéutica de su texto están todas las claves.
Junto a Yves Bonnefoy y Jacques Dupin funda en 1967 la revista L’Éphémère cerca de la cual orbitan Michel Leiris, Paul Celan y Philippe Jaccottet, entre otros. En 1993 el Gran premio nacional de poesía premia el conjunto de su obra.
Air (1946) | Dans la chaleur vacante (1991)

Abdellatif Laâbi

Abdellatif Laâbi. Fez, Marruecos. 1942.

Figura clave de la política marroquí en su juventud, este poeta acabó tras las rejas por su lucha ideológica, y desde ahí supo forjar una poesía que florece sin rencor, que reivindica desde la sutileza. Aquí, la luz de detrás de los barrotes se levanta. Fundador de la revista Souffles en 1966, dio un respiro a una promoción entera de escritores, pintores, cineastas y dramaturgos que buscaban válvulas de oxígeno. Desde su trinchera de combate luminoso y exiliado ya en Francia desde 1985, Abdellatif Laâbi ha hecho arder el Prix Goncourt de la poésie (2009)  y el Grand Prix de la Francophonie (2011).arton2158-83d63

L’Arbre de fer fleurit (1974) | L’oeil et la nuit (2003)
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[mujer nacida del sol]

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Chill photographie

 

 

 

mujer nacida del sol

piedra entre las piedras

 

perfume de paisaje

en la flor pesada del tiempo

 

la muerte irradia

cerca del corazón

 

lentamente el pájaro

tira de la cortina de la tarde

 

la sombra extiende una sombra

de sonrisa sobre el mundo

(71)


Amina Saïd, de De décembre à la mer (2001).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[estrellas muertas]

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Futuresequence

 

 

 

 

 

 

estrellas muertas

tan lejanas que vemos todavía

su luz

 

pero no hemos dejado

más que un rastro de tierra

 

hemos soportado las fatigas de la vida

las heridas abiertas al flanco de la noche

 

en la fascinación de las palabras

lo inacabado nos persigue

 

como si fuera a abandonar nuestro cuerpo

o a completarlo

nuestra sombra florece como un pájaro

(52)


Amina Saïd, de De décembre à la mer (2001).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[soy el río]

 

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Herb Ritts

 

 

 

soy el río

de sonrisa transparente

 

mi eterna errancia

me sirve de lenguaje

 

sin nada asir

a lo largo del viaje

hacia el tiempo ciego de los mares

desde siempre me deslizo

 

en esta noche sin final

que llamamos misterio

yo pueblo sus abismos

(25)


 

Amina Saïd, de De décembre à la mer (2001).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[soñé que nuestras almas]

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Natalia Mistukova

 

 

 

soñé que nuestras almas

tomaban tiempo libre

 

suspendidas

en el espacio vacío

 

sombras sin sombra

en la luz alta

 

nacidas de un primer mundo

del país de los ausentes

 

no tenían ellas ni el verbo

ni la sangre ni el fuego

que nos hacen humanos

(75)


Amina Saïd, de De décembre à la mer (2001).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[de la memoria del mar]

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Futuresequence

 

 

 

 

de la memoria del mar

a los placeres de la tierra

de febrero a mayo

de las orillas de la noche desnuda

a las rocas sombrías del día

del alma al cuerpo

de la acogida hecha a la vida

a nuestra exigencia inagotable

del vacío a la presencia

del sueño a la vigilia

de la ausencia al sueño

de lo cercano a lo lejano

de la luna al sol

de los bordes de la sombra

a los brazos de la luz

de lo obscuro a la transparencia

de la vida a su contrario

de la piedra a la estrella

de la raíz a la rama

y de la ceniza al fuego

de la revuelta pura

a la sabiduría inquieta

del allá al aquí

de una lengua a la otra

de la supresión a lo visible

de lo visible a la trascendencia

de la forma a otra realidad

de la soledad al recuerdo

del vivir a su angustia

del horizonte al poema

y del poema al silencio

del origen al fin

del tiempo pasado al instante alado

de la infancia al exilio

y del exilio al final de ese exilio

de la desviación al retorno

de la máscara al rostro

del ser a sus posibles

de la audacia al don

y del canto a la gracia

del espacio al cielo

al de la tumba

de lo ínfimo al todo

de lo relativo a lo absoluto

de lo que no es a lo que es

de los signos del sueño

a los errores de la mañana

de la pasión al amor

del ojo a la orilla

de los muertos al destino

no dejamos de errar

en busca de un lugar

que no es lugar

(59-60)


 

Amina Saïd, de De décembre à la mer (2001).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[soy fervor]

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Kevin Cooley

 

 

 

 

soy fervor

improviso dice el fuego

 

chispa a veces brasa a veces

desencadenamiento furioso

me devoro a mí mismo

 

soy esa fuerza que tuerce la mandíbula

y concentrada en su ojo ido

doma al caballo más fuerte

 

cuando los pájaros de bronce

disparan flechas de su cuerpo

buscan en mis llamas

los rayos del cielo

 

aquí caníbal

allá poblando el infierno de los hombres

fundo los metales más puros

 

si el humo cubre mi luz

yo provoco otra luz

(26)

 

 


Amina Saïd, de De décembre à la mer (2001).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[el sol se acuesta detrás]

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Alex Diaconu

 

 

2

 

 

 

el sol se acuesta detrás

de los dientes

el cuerpo es una palabra

que tocas tiene la forma

del amor

mi brazo de aire

atraviesa tus ojos tú

lo rellenas de presente

mira dices

mira

la niebla hermosa

la sombra

que se aleja de nosotros

la verdad es una imagen

blanca

todo el negro queda

en la apertura de tus bocas

(280)


Bernard Noël, de «Les formes d’elle» en Les Plumes d’Éros (2010).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[el tiempo nada sabe]

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Ashley Woodson Bailey

 

 

 

4

 

 

 

el tiempo nada sabe

de nosotros es solamente

ese agujero que pasa por

los ojos

una puerta para

salir hacia el inicio

del futuro

siempre

te espero detrás

de tu rostro

quién sabe

dónde se acaba el tú

está ese desgarro

y luego

el comienzo

ha comenzado ya

un pronombre sin fin

(282)


Bernard Noël, de «Les formes d’elle» en Les Plumes d’Éros (2010).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[tu palidez ganó las cosas]

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Ikegami Shuho

tu palidez ganó las cosas

y es un maquillaje de transparencia

donde el olvido flota

 

está la luz al fondo

difusa

como un secreto que se evapora

 

ya

vives al revés

y corro

hacia ti                        corro

entre el olvido y el porvenir

(44)


Bernard Noël, en «L’oiseau de craie» de Les Plumes d’Éros (2010).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[dijiste]

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Liz Davidson

 

 

 

 

dijiste

arroja tus paisajes

 

pero yo no era más que un árbol

en el umbral de tu invierno

 

dijiste

arroja mi piel blanca

 

y lo invisible

de pronto saltó a los ojos

 

 

las hojas mueren

recordarán los árboles

(50)


Bernard Noël, en «L’oiseau de craie» de Les Plumes d’Éros (2010).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[atamos nuestros gestos]

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Can Buyukberber

 

 

 

atamos nuestros gestos

la luna se hizo blanca

se ha roto algo en el sueño

 

la madera de medianoche no había sido habitada

había que regresar

 

éramos como piedras

que ocultaban en ellas

la fuente y el cielo

 

la voz sonaba

lejos

la mirada volvía al cuerpo

 

las hojas de otro tiempo

crujían a lo largo de los nervios

(49)


Bernard Noël, en «L’oiseau de craie» de Les Plumes d’Éros (2010).

Traducción de Víctor Bermúdez.

Original aquí.

[Nubes de noviembre]

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Zheng Chongbin

Nubes de noviembre, bandas de pájaros sombríos que arrastráis

y dejáis en montañas tras vosotros un poco

de las plumas blancas de vuestros vientres,

alargados espejos de veredas desiertas, de las fosas,

tierra cada vez más visible y grande, cae

y ya cuna de hierbas,

el secreto que os ata

¿sucederá que dejemos de escucharlo un día?

Escucha, escucha mejor, detrás de

todos los muros, a través del estruendo creciente

que hay en ti y fuera de ti,

escucha… Y recoge en el agua invisible

donde quizás beban todavía invisibles bestias

detrás de otras, desde siempre, que han venido,

silenciosas, blancas, lentas, al ocaso

(obedientes desde el alba al sol sobre el gran prado),

para beber a lengüetazos esta luz que no apaga la noche

que de sombra se cubre solamente, apenas,

como se cubren los rebaños con un manto de sueño.

(577-578)

 

Philippe Jaccottet, À la lumière d’hiver (1977) en Œuvres.

Traducción de Víctor Bermúdez

Original aquí.

[siempre me gustó lo que comienza]

Hiroshi Senju
siempre me gustó lo que comienza
no sabía nombrar lo que termina y desespera
quién supo alguna vez lo que deseaba yo
lo que despierta en mí un signo de otro lado
lo que lentamente muere con el tiempo
y esta distancia de la luz a nuestros ojos
en la indiferencia del cielo y de la tierra
una espiral de noche me arrastra
por detrás de las leyendas
el sueño nos obsequia una historia
me enseña el gran silencio
que nosotros evitamos traicionar
lo que nos queda por vivir se llama ausencia
es un tiempo para la palabra
otro para el silencio un tiempo
para el alba otro para el ocaso
he soñado tus noches o tú sueñas mis días
improbables como nuestras sombras
vivimos morimos
cada día un poco más cada día
un poco más
(12)
Amina Saïd, Au Présent du monde (2006)
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.