debo andar mucho tiempo todavía

Geordie Wood
De lejos he venido y lejos debo ir.
Kathleen Raine, Isis errante

 

 

debo andar mucho tiempo todavía
besar el espacio interior
alzarme de círculo en círculo
murmurar lo que hay en mí
más puro que el amor más desnudo
que la vida más vasta que la muerte
debo andar mucho tiempo todavía
nacer vivir morir revivir
cada instante de mi nacimiento
a mis renacimientos sobrevivir
al deseo inmenso de la tierra y del cielo
al que tengo de tu cuerpo
debo andar mucho tiempo todavía
para llegar hasta ti
esperar una nueva primavera quizás
pues no sé amar más que
en el tiempo de la luz
con los ojos fijos sobre otra forma de sol
(45)
Amina Saïd, extracto de «Seuil 2: Tous les noms du monde» en La Douleur des seuils, (2002)
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

[siempre en el poema]

Justin Mullet

siempre en el poema
escucharé el silencio
antes que la palabra
beberé de su boca
entonces nacen las cosas
las palabras el mundo
digo: siempre en el poema
escucharé el silencio antes que las palabras
y tú respondes: si existe un dios
es allí donde vive
descubro la exacta vertiente
de la sombra y la luz
donde comienza y termina
y el silencio palpita como el mar
en su vientre de sal
palpita como el ala de un pájaro
domesticando lentamente el cielo
como el viento la tierra la vida
y si existe un dios sí
es allí donde vive
(97)

Amina Saïd, extracto de «Seuil 5: De l’autre côté du soleil» en La Douleur des seuils (2002: 97) 
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

[así nos convertimos]

Justin Mullet
así nos convertimos
en esos desconocidos que adivinan
nuestros ritos y llamas
la memoria los augurios
el hilo incierto
que lleva a lo improbable
desde el centro de sí
hasta el horizonte del horizonte
se alcanzará el acuerdo
nuestros negros corazones apretados
por un sufrimiento de la luz
sabremos acabar
con el incendio que destroza
nuestra noche tres veces desgraciada
nuestros feroces sueños inauguran
lo que no llega aún hasta nosotros
(77)
Amina Saïd, en Gisements de lumière (1998)
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.


[somos los huéspedes desconocidos]

Stina Spadaro

somos los huéspedes desconocidos
en la casa del mundo
el mar la ola el escollo
el navegante descubriendo
la ausencia de balizas
somos el ojo que ve al ojo
y la visión que nos borra
somos lo que miramos
al fondo de los ojos
y quién sabe qué somos
somos lo múltiple y lo único
la cosa y su contrario
la multiplicación de lo visible
el ojo abierto sobre lo invisible
somos la sombra de la sombra
que en la obscura claridad del sueño dormita
somos el rastro en la arena
somos cada letra del alfabeto
somos el oráculo y la ofrenda
la máscara suspendida en el árbol
el templo y el obsequio
a la luz muerta del templo

somos la pregunta
que no invoca respuesta
somos la pregunta y la respuesta
cuando son sólo una
somos el círculo
que se crea él mismo al infinito
damos pasos en los dos sentidos
el calendario de los hombres
tal como una escalera de horizonte
antes de ser invitados a atravesar
por un salto el vacío que nos separa
de nuestro nacimiento
oscilando entre embriaguez y terror
somos lo que sabemos
y lo que ignoramos
lloramos lágrimas de ámbar
somos la primera y la última palabra
la estrofa y el canto
y la boca que deseamos
atar a la cara del silencio
somos la mano insumisa
que traza el signo
el vértigo delante del abismo
abierto por el poema
aunque una palabra en nosotros dude en pronunciarse
alcanzamos lo más íntimo de la soledad
somos el paso y la marcha
el camino y la vía
y el último umbral que atravesamos
somos el lugar donde termina el mundo
ese donde comienza

Amina Saïd, extracto de «Seuil 5: De l’autre côté du soleil» en La Douleur des seuils (2002: 95-96) 
Traducción de Víctor Bermúdez
Original aquí.

Sendero de luz #3/3

 

Melania Brescia
me alié al alfabeto de la arena
a las ondulaciones de la ola
a la paz que cierran tus párpados
mi canto tendrá la imagen de esa paz
he reconocido el alba al alba en su mirada
he deseado el día similar a los que amo
he preparado la noche para cosecha del sueño
he cortejado lo visible he abrazado lo invisible
he leído todo de la tierra en el gran libro de la tierra
he presenciado lo efímero y la eternidad del instante
me he demorado en el umbral de cada umbral
nuestros muertos llamaban desde la otra orilla
las líneas de su mundo trazaban nuestras manos
el eco de sus voces se agotaba en la distancia
los suicidas de la sangre eran tantas piedras
en las murallas del tiempo
he dado mis primeros pasos en el limo de los ríos
me han encallado viva bajo un montón de dunas
han obstruido la caverna que mi sueño se eterniza
han borrado mi nombre de todos los registros
hasta las nupcias de las dos orillas
he llevado en mí el vacío como la boca de un ahogado
diciembre desapareció detrás del horizonte
he llamado – sólo el silencio estuvo atento
he visto los siglos extraviarse hasta nosotros
el granado volverá a florecer entre las estrellas
mi ciudad cambió de maestros como de ornamenta
mi tierra: una nube al margen del alba
por qué buscar un lugar cuando somos el lugar
mi sombra ha subido un largo camino hasta mí
un día entré en la casa de la lengua
anidé dos pájaros en lugar del corazón
atravesé el espejo del poema y él me atravesó
me he encomendado al destello de la palabra
he dispuesto un amor insumiso a la primavera de los árboles
y liberé mis manos para que vuelen las palomas

Amina Saïd, extracto de «Seuil 4: Sentier de lumière» en La Douleur des seuils (2002: 89-90)
Traducción de Víctor Bermúdez
Original aquí.

Sendero de luz #2/3

 

Melania Brescia

 

éramos dos en esta tierra ahí solos
he apretado un cinturón de palabras alrededor de mi cintura
he recubierto con un sudario la ilusión de los espejos
he cultivado el silencio como una planta rara
destello tras destello he descifrado la noche
la muerte un tiempo me ha cortejado
he buscado en el sol la dirección del sol
me he acostado en mi tumba y me he levantado
me he extraviado luego reencontrado de un génesis al otro
te he esperado sin esperarte
hasta que te hicieras poema
he mezclado la carne con la arcilla y la luz
he mezclado el soplo con lo que ya era soplo
he habitado la casa caliente con tu voz
he hecho nacer los recuerdos que no fueron vividos
he ocultado mi amor bajo los pudores de la sombra
me he preguntado cómo decirlo antes de decirlo
y por qué no lo decía
he dicho que era hora de que fuera hacia ti
me he arrastrado hasta tus labios sobre una cama de zarzas
he creído que lo que nos unía
era lo que nos asemejaba
me he buscado en ti un país una lengua
alejándome del sueño me he acercado
he obscurecido páginas con la noche del poema
el pájaro negro del silencio las ajaba una a una
ignoro aún qué lengua me habla y me absuelve
he tomado un sendero de luz que lleva al horizonte
mi país: un aroma de adioses cosechados al filo del tiempo
he desenredado sus orillas como una trenza de alfa
he encontrado un nombre para lo que queda de la infancia
para florecer entre tus brazos
he arrojado las tormentas del recuerdo a un pozo
he dibujado mi amor a la creta sobre una muralla de agua
nada perdura en la memoria de los hombres
andaba en mí y lejos de mí
una sombra a veces se plegaba a mi sombra
en cada partida cortaba un lazo
liberaba el pájaro de fuego de las cenizas de la memoria
andaba en ti y lejos de ti
 
 
 
Amina Saïd, extracto de «Seuil 4: Sentier de lumière» en La Douleur des seuils (2002: 88-89)
Traducción de Víctor Bermúdez
Original aquí.

Sendero de luz #1/3

 

Melania Brescia

 

he dormido tres siglos sobre una cama de rocas
he visto cosas olvidadas de los hombres
he medido la distancia que separa el cielo de la tierra
he visto las líneas de la mano he otorgado los oráculos
una voz que no era la mía ha hablado por mi boca
he desaparecido en una ciudad ella misma desaparecida
caballeros armados invadieron nuestros valles
quedamos a la espera de otras barbaries
el mar se apartó de las puertas de mi ciudad
me he reconciliado con los ríos de la tierra
he ordenado el día del tatuaje de mis sueños
mi rostro ha visto mi otro rostro
no he escuchado la voz que me llamaba
la mano que me buscaba no me ha encontrado
he nacido más veces que cada estrella
he muerto tantas veces como el sol de los días
he abordado muy pronto barcos de ningún sitio
he pedido una habitación en la patria de otros
no había alcanzado nada antes de nuestros adioses
he habitado el ocaso el alba y el espacio del viento
fui esta extranjera que acompañaba la tarde
dos veces extranjera entre norte y sur
he grabado pájaros tristes sobre grises piedras
he dibujado esas piedras y las he habitado
he construido balsas donde no había océanos
he levantado carpas donde no había desiertos
caravanas me han conducido hacia un sueño de oriente
mis caligrafías han viajado sobre la espalda de las nubes
he recordado la nieve de los almendros
he seguido la ruta aérea de los pájaros
hasta el monte de la luna en los cobertores de los nacimientos
he aprendido y olvidado todas las lenguas de la tierra
he hecho un gran fuego con todas las patrias
he bebido algunas noches de la botella del olvido
he buscado mi estrella en la cama de las estrellas
he guardado tu amor en el hueco de mi palma
he tejido una alfombra con la lana del recuerdo
he desplegado el mundo bajo el arco de los comienzos
he vendado las llagas del crepúsculo
he hacinado mis estaciones para ofrecerlas a la vida
he contado los árboles que me separan de ti
Amina Saïd, extracto de «Seuil 4: Sentier de lumière» en La Douleur des seuils (2002: 87-88)
Traducción de Víctor Bermúdez
Original aquí.

[digo eres mi herida]

Stina Spadaro
digo eres mi herida
y digo la verdad
el día de pronto se ensombrece
jadea la muerte en mi sangre
me deshago en tu mirada
antes de renacer virgen de mí misma
a la hora que tú eliges
así distanciando la noche
a veces estoy cerca
de la más alta estrella
a veces marcho obscura
sobre tierra prestada
y ya no sé lo que es 
preferible cuando la noche
alimenta la muerte
una creando el espacio de la otra
que la otra recorre
sin embargo el mundo es bello
*
digo eres mi herida
y digo la verdad y el sueño dócil
te da cuerpo y rostro
y ya no sé
cuando el día está a la vista

tu mirada me inventa y me escolta
soy despojada
de pronto extranjera en mí misma
afligida por el exilio, mortal,
lo que es preferible —
me prohíbe el océano estéril del naufragio
intentar comprender lo que perdura
inexplicable en nosotros
la tranquila ausencia de las cosas
la distancia del mundo desnudo en su luz
o continuar creyendo
en la tierra en que respiro


Amina Saïd, extracto de «Seuil 2: Tous les noms du monde» en La Douleur des seuils (2002: 24-25) 
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

[de un descuido de la luz]

 

Pierre Soulages

 

de un descuido de la luz
nació la noche
y nosotros que ignoramos el término
y origen
sin siquiera osar creer
en alguna salida
combatimos la noche
y la sombra enemiga
es a veces esta tinta
que nos borra nos engulle
nosotros seríamos esos cuerpos negros
que captan la luz
sin devolverla
perduraría en nosotros
su resplandor
Amina Saïd, extracto de «instants» en Gisements de lumière (1998: 24)
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.

[en este lugar sin sombra]

Arha Feels

en este lugar sin sombra
la luz busca
renacer de las cenizas de la noche
qué hay bajo la superficie de las cosas
donde los ojos se rehusan a ver
qué hay del trágico milagro
del alma que trabaja
de la memoria reinventada
que nos libera
de todo lo que en nosotros viniendo
de la noche regresa a la noche




Amina Saïd, extracto de «instants» en Gisements de lumière (1998: 23) 
Traducción de Víctor Bermúdez

Original aquí.

[marchamos]

Melania Brescia

marchamos 
por caminos
separados del cielo
astro desconocido
donde se inscribe
nuestra parte de sombra
un trazo azul
caligrafía
la línea de horizonte
que contiene la mirada
quién eres tú
para que cada noche
mi cuerpo se invente
un nuevo alba
una nueva historia



Amina Saïd, extracto de «Seuil 2: Tous les noms du monde» en La Douleur des seuils (2002: 42) 
Traducción de Víctor Bermúdez
Original aquí.
Melania Brescia

[en la serenidad inquieta]

Colby Jones

en la serenidad inquieta
de la luz
abro un libro de poemas
cada uno una ofrenda
el recuerdo las imágenes
las palabras reviven en mí
el tiempo se pierde
el silencio en que se baña el mundo
me resopla las palabras
que un día te diré
piedras dulces que alisan
el instante frágil de mi palma



Amina Saïd, extracto de «Seuil 2: Tous les noms du monde» en La Douleur des seuils (2002: 41) 
Traducción de Víctor Bermúdez
Original aquí.

Umbral 2: Todos los nombres del mundo

Paul Gillis
como en la otra lengua
se oculta el secreto de las haches
signos invisibles que el ojo recrea
inauguro la pérdida de un rostro
el ojo es una estrella en un cielo negro
una lágrima de luz traza su surco
en la claridad que compondrá el día
la navaja de los cuerpos rebanará el espacio
desde un antiguo río llevamos la memoria
se consume la antorcha del tiempo
el ser refugiado en el ser busca su sombra
lenguaje perfecto del silencio
me esfuerzo en revivir
el pasado en mi ojo izquierdo
el ojo derecho que el sol aclara
se inventa un futuro incierto
no concibo la tierra sin el cielo
la luz sin el sacrificio de las tinieblas
el agua sin la sed de las piedras
el poema sin el ser el lugar sin la búsqueda
conozco lo absoluto del círculo y su tensión
la noche y la iluminación la sombra
y el umbral el fuego y el símbolo del fuego
soy mil y soy una
comienzo y me recomienzo
en el infinito de las metamorfosis
en el calendario inagotable del tiempo
accedo al séptimo día de ti
Amina Saïd, extracto de «Tous les noms du monde» en La Douleur des seuils (2002: 29) 
Traducción de Víctor Bermúdez
Original aquí.

Umbral 1: Nacimientos

Roberto Sysa Moiola
nací en las orillas
en el mar del ocaso
el gran mar el verdísimo
mar de los filisteos
el que baña Cartago
el blanco mar interior de los Árabes
cuyos caballos estallaron en los ríos
*
alga he crecido vago veneno
estrella de múltiples extremidades
con la primera letra del alfabeto
incrustada en la frente
*
a los siete años nadaba sobre las aguas negras
en el camino de luz que trazaba la luna
iba hasta el callejón cerrado del sol
hasta el país de los límites
tomaba lecciones de espejismo
escriba intemporal
dedicado a caligrafiar los siglos
en la tinta azul del mar

Amina Saïd, extracto de «Seuil 1: Naissances» en La Douleur des seuils, (2002)
Traducción de Víctor Bermúdez.
Original aquí.